Otoño-Invierno 2016

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El doble efecto de los radiadores decorativos y las chimeneas decorativas

Un calefactor eléctrico decorativo es un elemento de doble uso: mantiene tu casa acogedora cuando hace frío, como un radiador, y te permite perderte en la nostalgia de un fuego de leña. La mayoría de los modelos presentan todos los elementos de una chimenea encendida con leña, un poco de leña y cerillas. De las brasas resplandecientes surgen llamas que bailan para escapar de su cautiverio.

Modelos para todos los gustos

Con ruedas para que puedas colocarlo donde quieras, fijado a la pared como un radiador decorativo clásico, o empotrado como una auténtica chimenea antigua, lo has pensado mucho y has hecho tu elección. Lo has pensado largo y tendido, y has hecho tu elección, basándote en tu presupuesto, su uso en una zona concreta y la forma en que encaja en la decoración. Los calefactores eléctricos decorativos no se entregan solos si están empotrados. Su entorno los convierte en un mueble completo que debe preservar tu diseño.

¿Sólo ventajas?

Son fáciles de instalar (necesitarás una toma de corriente), vienen con mando a distancia, se pueden colocar en una posición segura en presencia de niños (aunque el riesgo de quemaduras sea bajo), son eficientes energéticamente con las distintas velocidades disponibles en algunos modelos, y son móviles: una chimenea o estufa tradicional pesa varios cientos de kilos. Y no olvides comprar un dispositivo de seguridad térmica para desconectar la corriente cuando no estés, y sobre todo si te olvidas de encenderla, y estás en el paraíso.

¿Algo para reflexionar?

Debido a su eficiencia energética, la chimenea decorativa no puede optar a créditos fiscales, por lo que hay que presupuestar todos los gastos de instalación, consumo y reparación. Pero belleza y eficiencia son opciones muy razonables para una vivienda.

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